La combinación entre una mala higiene de la boca y una dieta deficiente tiene consecuencias desastrosas en la salud bucodental. Uno de los problemas más comunes derivados de estos malos hábitos es la falta de calcio en los dientes, un mineral esencial no solo para tu dentadura sino para el funcionamiento óptimo de todo el organismo.
¿Qué es el calcio y por qué es tan importante en nuestra salud dental?
El calcio es el mineral con mayor presencia en el cuerpo humano. Salvo un ínfimo porcentaje (apenas el 0,1%) que se encuentra en los tejidos adiposos y extracelulares así como en la sangre, el resto se concentra en los huesos y en los dientes.
La principal fuente de obtención de este mineral tan importante para el organismo es la alimentación. Se ha extendido la creencia de que el calcio solo está presente en los productos lácteos como la leche, el yogurt o el queso. Sin embargo, este mineral también se puede obtener a través de determinadas frutas y verduras, pescados, cereales, frutos secos y semillas.
Mantener una dieta equilibrada en la que se incluyan alimentos como leche entera, yogur, queso fresco y/o curado, tofu con sales cálcicas, sardinas (tanto frescas como enlatadas), anchoas, semillas de sésamo, almendras, garbanzos, soja, lentejas, berzas, brócoli, coliflor, kale… favorecerá al almacenaje de las cantidades óptimas de calcio en nuestro organismo y con ello a la salud de nuestra dentadura así como del hueso mandibular y maxilar.
El déficit de calcio en estas estructuras no solo provoca un debilitamiento de los dientes y una mayor propensión a la aparición de caries y enfermedades periodontales sino que puede derivar también en problemas digestivos como consecuencia de la mala masticación de los alimentos.
¿Cómo pasa el calcio a nuestros dientes y huesos?
Se estima que la presencia de calcio en nuestro organismo equivale al 2% del peso corporal. Gracias al calcio, no solo se completa el proceso de formación de los huesos y los dientes sino que además se garantizan otras funciones tan necesarias como la regulación de la frecuencia cardíaca, la contracción de los músculos, la coagulación de la sangre o la correcta operatividad del sistema nervioso.
No obstante, la ingesta de alimentos con calcio en la dieta diaria no es una garantía absoluta de que nuestro organismo cuente con los niveles adecuados de este mineral. De hecho, lo habitual es que tan solo entre un 15 y un 20% del calcio presente en la dieta termina siendo absorbido por el cuerpo, un porcentaje que se va reduciendo conforme envejecemos y disminuyen los niveles de vitamina D así como las capacidades funcionales de los intestinos.
La vitamina D es indispensable para la absorción del calcio y la luz natural es esencial para que el organismo sintetice la vitamina D. Se trata, por tanto, de una cadena de condiciones en la que no se debe pasar por alto ningún eslabón si se quieren obtener unos resultados exitosos.
Sin embargo, no es conveniente incluir en la dieta suplementos de calcio o de vitamina D en forma de comprimidos si no es por prescripción médica. Una dosis excesiva puede provocar problemas de estreñimiento, cálculos en el riñón y otras disfunciones renales. Será el especialista el que decida cómo abordar el problema de la deficiencia de calcio en los dientes en los casos más graves.
Síntomas de la falta de calcio en los dientes
La hipocalcemia o trastorno por deficiencia de calcio tiene una mayor prevalencia entre las mujeres, sobre todo en la etapa premenopáusica. Aunque de forma general es un problema que afecta más a los adultos mayores y que se acentúa a medida que envejecemos, también existe un porcentaje considerable de la población joven que sufre las consecuencias de la hipocalcemia. El sobrepeso y la intolerancia a la lactosa pueden empeorar los síntomas.
¿Y cómo se manifiesta la hipocalcemia o la deficiencia de calcio en el organismo? Los síntomas son muy variados y es por eso que, sin los análisis adecuados, el diagnóstico del problema podría complicarse. Con todo, existen rasgos muy característicos de esta afección que se dan en la mayoría de los pacientes. Cuando esa carencia afecta a los dientes se observa:
- Mayor propensión a la aparición de caries
- Sensibilidad en los dientes
- Esmalte dental debilitado
- Sensación de adormecimiento alrededor de la boca
- Dificultades con la deglución
Otros síntomas característicos de la hipocalcemia que no están reñidos con las condiciones de salud de la boca son:
- Dolores de espalda y extremidades (posibles signos de osteoporosis)
- Entumecimiento en manos y pies
- Uñas quebradizas o débiles
- Falta de ánimo
Consejos nutricionales para mejorar el nivel de calcio en los dientes
A lo largo de la vida, las estructuras óseas de nuestro cuerpo van pasando por ciclos de desmineralización y remineralización que son indispensables para conservar un estado de salud óptimo. Dentro de estos ciclos el papel del calcio es fundamental.
En pacientes pediátricos este mineral será el responsable de una correcta dentición y del desarrollo adecuado de los huesos. Y en edades avanzadas, será el calcio el que garantice una buena calidad de vida a pesar del desgaste natural de nuestro esqueleto y nuestra dentadura.
¿Qué podemos hacer para asegurarnos el nivel adecuado de calcio en el organismo en cualquiera de las etapas de nuestra vida? Vigilar la alimentación.
Hasta los 13 años de edad los niveles de calcio diario necesarios oscilan entre los 200 mg (para bebés de hasta 6 meses) y los 1.300 mg (para niños de 13 años). A partir de esta edad el aporte de calcio diario debe mantenerse entre los 1.000 y los 1.200 mg y aumentar ligeramente en el caso de las mujeres embarazadas o en período de lactancia. Para convertir estas cifras en algo tangible, deberemos pensar en añadir a nuestra dieta algunos alimentos clave que, una vez sintetizados por el intestino, permitirán distribuir el calcio por el organismo.
En lo que se refiere a la salud bucodental, es de destacar que el calcio no solo está presente en los dientes y la mandíbula sino también en la saliva. Gracias a ella es posible neutralizar los ácidos que aceleran el proceso de desmineralización de los dientes cada vez que ingerimos algún alimento. Por eso, junto a una dieta adecuada, deberemos mantener unas buenas pautas de higiene bucal diaria.
Evitar la pérdida de calcio y mejorar su asimilación no te supondrá un gran esfuerzo. Bastará con introducir pequeños cambios en tu dieta habitual:
- Reduce el consumo de harinas y azúcares refinados. Estos últimos no solo ralentizan la metabolización del calcio sino que además son la principal causa de la aparición de caries.
- Disminuye el consumo de sal y de proteína de origen animal. Las dietas ricas en estos ingredientes provocan una mayor pérdida de calcio a través de la orina.
- Incrementa el consumo de verduras, frutas y semillas que contengan fósforo y magnesio como los berros, las espinacas, los garbanzos, las almendras, las semillas de sésamo, los tomates… De esta manera estarás facilitando la absorción del calcio.
- Tómate tu tiempo para comer y mastica bien los alimentos. Si quieres ponérselo más fácil a tu organismo durante la digestión, no olvides que este proceso empieza en la boca.
Importante información útil para nuestra salud.