Las mejores soluciones a cualquier problema dental no son solo las más avanzadas sino aquellas que se aplican en el momento oportuno. Mediante el tratamiento de curetaje dental es posible frenar el avance de la enfermedad periodontal o periodontitis y proporcionar una limpieza mucho más profunda para minimizar el riesgo de que estas patologías dejen secuelas irreversibles en la salud de tu boca como la retracción de encías.
¿En qué se diferencia el curetaje de la limpieza dental?
Como norma general, cualquier persona debería someterse como mínimo a una limpieza dental al año. Cabe diferenciar entre una limpieza dental (que suelen regalarla en muchas clínicas y en 10-15 minutos ya estás fuera) y la limpieza dental profesional —profunda— que es la que realizamos en Tiiz.
Estas visitas al dentista no solo permiten trabajar activamente en la eliminación de la capa bacteriana, el sarro y la suciedad interdental, sino que además sirven para llevar un control exhaustivo y periódico del estado en el que se encuentra tu boca.
Cuando por cuestiones de genética, a consecuencia de la gingivitis o debido a un problema periodontal incipiente, la parte subgingival del diente empieza a alojar más suciedad, los procedimientos de limpieza dental tradicional resultan insuficientes. La eliminación de suciedad a este nivel implica llegar al fondo de las bolsas periodontales con una serie de procedimientos que requieren el empleo de anestesia local y los conocimientos de un profesional con experiencia en la materia.
Por tanto, un curetaje es siempre una limpieza exhaustiva que accede a zonas que no pueden tratarse en las limpiezas convencionales. En estas circunstancias hay que trabajar con un mayor nivel de profundidad y cuanto antes mejor.
Lo habitual es que la gingivitis, esto es, la inflamación, sensibilidad y sangrado de las encías, sea un primer paso en el desarrollo de la enfermedad periodontal y el momento indicado para comenzar un tratamiento de curetaje.
A diferencia de la limpieza dental convencional, este procedimiento es algo más que una intervención preventiva. Se realiza después de un diagnóstico pormenorizado del estado de las encías, cuando existen signos evidentes de que ha comenzado el curso de la enfermedad periodontal y a ser posible antes de que haya empezado a afectar al hueso alveolar.
En este tratamiento correctivo no solo se trabaja de manera superficial sobre el sarro y la placa bacteriana de la parte visible de las encías sino que se lleva a cabo una limpieza más profunda por debajo de esta.
También hay diferencia en la periodicidad de las intervenciones: los tratamientos periodontales se pautan más a menudo porque la periodontitis tiende a reaparecer.
Síntomas de que necesitas hacerte un curetaje dental
En los primeros estadios de su desarrollo, la enfermedad periodontal es asintomática. A pesar de que las bolsas periodontales estén empezando a formarse, es probable que no te percates de ningún signo visible que te advierta de las presencia de periodontitis ni que sientas dolor.
Este es uno de los motivos por los que, en ocasiones, el diagnóstico se retrasa y con ello la puesta en marcha de un tratamiento correctivo inmediato. De ahí la importancia de las limpiezas profilácticas regulares, ya que solo el dentista será capaz de identificar estas anomalías en la salud de tu boca.
Gingivitis y piorrea
A medida que la enfermedad avanza empiezan a manifestarse algunos signos de advertencia.
Los rasgos clínicos más comunes son la inflamación y el sangrado de las encías y la aparición de bolsas periodontales o, lo que es lo mismo, la gingivitis y la piorrea. La primera suele ser la consecuencia de una higiene oral inadecuada. Es una patología de carácter bacteriano que se puede solucionar mediante los procedimientos de limpieza tradicionales. No obstante, no hay que perderla de vista ya que puede ser el primer síntoma de la periodontitis.
La piorrea es el signo inequívoco de que la enfermedad ya ha comenzado a desarrollarse. Y es que en este caso no se trata solo de la solidificación de las bacterias en la superficie de dientes y encías sino de la formación de bolsas en la parte subgingival.
Ni el cepillado ni la limpieza profiláctica regular en la consulta del dentista pueden actuar sobre la placa bacteriana que se acumula debajo de las encías. La única solución efectiva es el curetaje o raspado radicular.
Una vez que la piorrea se manifiesta en tu boca es fácil de identificar qué es lo que está sucediendo. Estas bolsas periodontales se van haciendo cada vez más voluminosas y van formando una especie de surcos que obligan a que las encías se separen del diente de manera progresiva. Esto a su vez facilita la entrada de suciedad en esos espacios y con ello el agravamiento de la situación.
Si estás a la espera de una ortodoncia, lo ideal si padeces piorrea es sanar antes tus encías mediante un curetaje aplicado por cuadrantes. Iniciar el tratamiento de ortodoncia con tus encías en mal estado no es recomendable, puesto que tus encías pueden resentirse aún más.
Las fases del tratamiento
El curetaje dental no es en sí mismo el tratamiento de la enfermedad periodontal, pero sí una de las partes más importantes del proceso. Una vez que el dentista ha realizado un estudio diagnóstico de tu boca podrá determinar si es necesaria la intervención localizada o bien un tratamiento generalizado. Esta información se obtiene mediante:
- El examen clínico de la cavidad bucal
- El sondaje periodontal
- El examen radiográfico
Es habitual que en los casos en los que la enfermedad requiere un tratamiento de toda la boca, el curetaje se realice por cuadrantes. Los cuadrantes son las cuatro zonas en las que se divide la boca: superior derecho e izquierdo, inferior derecho e izquierdo. Trabajar por secciones permite al especialista tener un mayor control sobre el trabajo que está realizando y al paciente sentirse más cómodo con la intervención a la que se somete.
Diseñado el plan de tratamiento, llega el momento de la intervención.
El curetaje dental también recibe el nombre de alisado o raspado radicular porque en eso consiste este método, en llegar a la raíz del diente, por debajo de la encía, y eliminar las bacterias acumuladas en las bolsas periodontales. El procedimiento se realiza con el empleo de unos instrumentos denominados curetas, de ahí que se conozca como curetaje dental.
Desarrollo del raspado radicular y tiempo de intervención
Las intervenciones más completas se llevan a cabo en varias sesiones para que el paciente se sienta lo más cómodo posible. Son procesos lentos y minuciosos y aunque el tiempo de duración dependerá en gran medida del estado de las encías y de la zona a tratar, se estima que el tiempo medio de intervención es de una hora por cada cuadrante.
El procedimiento es indoloro ya que para llegar a la parte interior de las encías se emplea anestesia local. En función de la sensibilidad de cada persona, es posible experimentar algunas sensaciones incómodas durante la intervención, pero en ningún caso dolorosas. No en vano, se está accediendo a una parte muy profunda y sensible del entorno del diente y es normal notar ciertas molestias.
El trabajo por cuadrantes reduce el tiempo de duración de cada consulta y supone menos inconvenientes para el paciente ya que solo se anestesia una determinada parte de la boca y no la totalidad. En cualquier caso y, con independencia de las zonas a tratar, la intervención siempre se realiza de la misma manera:
- Aplicación de anestesia local en el cuadrante o cuadrantes a tratar.
- Selección del tamaño, la longitud y la angulación de la cureta para cada tipo de diente.
- Raspado radicular de las piezas de cada cuadrante introduciendo la cureta en el hueco de la encía.
Este es solo el proceso inicial en el abordaje de la periodontitis y se completa con:
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- Los análisis microbiológicos que ayudan a identificar cuáles son las bacterias que están presentes en la boca y que antibióticos deberían emplearse.
- La medición de los niveles de sarro antes y después del curetaje.
- La supervisión periódica para evitar recaídas.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento?
Dado que el tratamiento se realiza por cuadrantes, el proceso se habrá completado en dos visitas a la clínica. En la primera se realiza el estudio y se inicia el tratamiento completando los dos primeros cuadrantes. En la segunda visita, varios días después, se terminará el proceso con la limpieza de los otros dos cuadrantes.
¿Duele el curetaje?
Durante la intervención no se experimenta dolor, dado que se aplica anestesia local. Los días posteriores es probable que el paciente experimente molestias en la zona que ha sido tratada. Una vez que desaparece el efecto de la anestesia, los dientes y las encías pueden mostrarse más sensibles de lo habitual y es posible que sea necesario el empleo de analgésicos durante algunos días, pero en términos generales, el curetaje es un tratamiento sencillo, poco invasivo y que no entraña complicaciones.
¿Cada cuánto tiempo es recomendable hacerse un curetaje?
En función de cada caso concreto, tu dentista puede recomendarte nuevas intervenciones periodontales cada 4 a 8 meses. Normalmente son visitas en las que se trata algún diente en concreto, sin necesidad de repetir todo el proceso completo cada vez.
Recomendaciones tras un proceso de curetaje
En el período inicial después de la intervención se deben mantener las pautas de higiene bucal habituales pero empleando cepillos más blandos para no dañar las encías, y enjuagues antisépticos que mantengan a raya a las bacterias. Es más que posible que las encías sangren esos primeros días a pesar de que extremes las precauciones, pero no hay razón para alarmarse.
También es importante vigilar la dieta y evitar los alimentos duros o de difícil masticación para que los dientes no tengan que realizar un sobreesfuerzo.
Los primeros cinco días después de un curetaje dental, lo habitual es mantener una dieta blanda, no fumar y no tomar bebidas alcohólicas. Estas prácticas saludables reducirán al mínimo la aparición de complicaciones y efectos secundarios.
Ocho de cada diez personas mayores de 35 años padece enfermedad periodontal o gingivitis. De hecho, este último problema está tan extendido que según los estudios de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) se estima que afecta al 100% de la población en algún momento de su vida.