¿Por qué está tan extendido el uso de la clorhexidina?

Si acabas de someterte a una cirugía dental o tienes problemas periodontales importantes, es más que probable que tu dentista te haya prescrito el uso de clorhexidina en tus rutinas de higiene bucal. Es uno de los antisépticos más empleados en el ámbito de la odontología y está presente en infinidad de productos destinados al cuidado de dientes y encías. Pero más allá de su popularidad, la clorhexidina no deja de ser un medicamento y es fundamental tener claro cómo y cuándo recurrir a ella.

Composición de la clorhexidina: el antiséptico definitivo

La clorhexidina (CHX) es un potente desinfectante de uso tópico que actúa frente a un amplio espectro de microorganismos. No en vano, es una de las sustancias incluidas en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS, la relación de medicamentos más importantes que deben estar presentes en cualquier sistema sanitario.

La composición química más habitual es el digluconato de clorhexidina, un compuesto incoloro e inodoro con un pH de entre 5 y 8 que debe mantenerse protegido de la luz y a temperatura ambiente para garantizar su estabilidad molecular. El nivel de concentración del compuesto determina el alcance de su función antiséptica, aunque de forma general ya es considerado un desinfectante muy efectivo capaz de combatir un amplio espectro de bacterias gramnegativas y grampositivas.

clorhexidina colutorio enjuague dental

Formatos en los que se comercializa la clorhexidina

Existen varias formas de presentación de la clorhexidina y cada una de ellas puede resultar más o menos conveniente en función del contexto en el que se emplee. En el ámbito de la salud bucodental los formatos más habituales son:

  • Spray de clorhexidina: se pulveriza en la cavidad bucal como coadyuvante en tratamientos periodontales, gingivitis y exceso de placa bacteriana en áreas muy localizadas de la cavidad bucal.
  • Gel bioadhesivo de clorhexidina: se aplica directamente con el dedo sobre la zona a tratar con el fin de generar una película protectora de larga duración.
  • Colutorio de clorhexidina: es el formato más empleado y el más efectivo. Con un enjuague de apenas 30 s es posible llegar a todos los rincones de la boca para obtener una desinfección perfecta.

El formato no es la única variable que afecta a la efectividad de la clorhexidina en cada tipo de tratamiento: también es importante el grado de concentración. Así, es posible conseguir los mismos efectos con una menor cantidad de producto cuando este tiene una mayor concentración. En la mayoría de los colutorios y sprays antisépticos el nivel de concentración oscila entre el 0,02 y el 0,20 %.

El potencial protector de los enjuagues con clorhexidina

Determinadas condiciones médicas pueden hacer que el equilibrio bacteriano de la boca se desestabilice y proliferen los microorganismos con acción patogénica. La clorhexidina, con sus diferentes niveles de concentración, es un potente antiséptico que cumple con una doble función protectora:

  1. Acción antiplaca: el compuesto se mantiene durante un largo período de tiempo en los huesos y mucosas de la boca. Debido a que su disolución es lenta, contribuye a la eliminación de la placa bacteriana en las superficies dentales.
  2. Acción antibacteriana: detiene el crecimiento y la proliferación de microorganismos (función bacteriostática) y destruye la alta concentración de bacterias (función bactericida).

Aparte de esta doble función de resultados tan efectivos, el uso de clorhexidina en los tratamientos odontológicos presenta otras ventajas interesantes:

  • Rápida acción germicida, prácticamente inmediata.
  • Efecto residual prolongado (de 6 a 48 h, dependiendo del porcentaje de concentración).
  • Gran seguridad. No es tóxica y el organismo la elimina con rapidez en caso de ingesta accidental.
  • Uso sencillo y sin efectos secundarios irreversibles.

¿Cuándo está recomendado el uso de clorhexidina?

En el mercado existen infinidad de productos para la higiene bucal que incluyen cierto porcentaje de clorhexidina en su base de composición. Aunque es posible acceder a ellos sin necesidad de prescripción médica, lo recomendable es consultar al odontólogo antes de incorporarlos en las prácticas de higiene bucodental rutinarias.

Por lo general, el odontólogo recomendará enjuagues con clorhexidina en alguna de las siguientes circunstancias:

  • Tratamiento de patologías orales como la gingivitis o la periodontitis
  • Desinfección de la cavidad bucal antes y después de una intervención quirúrgica
  • Manejo y bloqueo de la acumulación de placa bacteriana
  • Curación de llagas o aftas bucales
  • Abordaje de la candidiasis oral y otros hongos de la boca
  • Tratamiento preventivo frente a infecciones tras endodoncias, exodoncias, implantes dentales e intervenciones de cirugía oral o maxilofacial en general

Efectos secundarios y uso seguro de la clorhexidina

Si hubiera que buscarle un pero a la clorhexidina sería su exceso de eficiencia. El hecho de que se trate de uno de los antisépticos más seguros y efectivos puede transformarse en un problema si no se emplea de un modo controlado.

Los enjuagues de clorhexidina acaban de manera fulminante y en cuestión de minutos con las bacterias presentes en la boca. Sin embargo, en la cavidad bucal hay alrededor de 700 tipos de bacterias diferentes y este compuesto no hace una distinción entre las que nos benefician y las que no: acaba con todas.

Aparte de este destacado factor que habrá que tener en cuenta para determinar la duración del tratamiento, la clorhexidina puede provocar algunos efectos secundarios como:

  • Tinciones en el esmalte dental con una tonalidad marronácea
  • Alteración del sentido del gusto
  • Aumento del depósito de cálculos supragingivales en algunos pacientes
  • Irritación de las mucosas cuando se emplean niveles de concentración muy elevados

Por fortuna, ninguno de los efectos secundarios de la clorhexidina son permanentes y desaparecen al interrumpir el tratamiento o con una limpieza dental profesional en el caso de las manchas, ya que estas no penetran más allá de la superficie del esmalte.

chica enjuagando boca clorhexidina

Pautas de empleo habituales

Si necesitas comenzar un tratamiento con clorhexidina, tu dentista te dará las indicaciones necesarias para que emplees este producto de manera segura. Salvo que se dé alguna circunstancia especial, los enjuagues con clorhexidina se realizan siguiendo las siguientes pautas:

  • Nunca se diluye en agua, ya que el colutorio ya está rebajado con el porcentaje indicado en el envase.
  • No debe tragarse aunque, en caso de hacerlo, no sería un problema grave. La clorhexidina se elimina por vía renal o por la bilis y rara vez se detectan síntomas de intoxicación o reacciones alérgicas.
  • El enjuague no dura más de 30 segundos. Es el tiempo que necesitas para asegurarte de que el líquido llegue a todos los rincones de la boca y empiece a actuar.
  • Cuando el dentista prescribe el uso de clorhexidina en altas concentraciones (entre el 0,12 y el 0,20 %), el tratamiento no suele prolongarse más de dos semanas, dos veces al día o después de cada comida principal y sobre todo antes de acostarse.
  • No debes comer ni beber nada durante los 15 min posteriores al enjuague para garantizar el efecto del compuesto.

El uso colutorios no sustituye la rutina de higiene dental más importante de todas: el cepillado. Existen muchas alternativas para completar estas limpiezas diarias y mejorar el nivel de higiene de la boca, pero el cepillado de dientes estará siempre por encima de los enjuagues, los cepillos interproximales o la seda dental.

Por otro lado, la clorhexidina es un antiséptico muy potente y es necesario que sea un profesional el que prescriba su uso y dé instrucciones precisas acerca de su modo de empleo. Sigue siempre las recomendaciones de tu dentista y no improvises: es la salud de tu boca la que está en juego.

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