Los tratamientos ortodóncicos se desarrollan en diferentes fases que no concluyen con la retirada de los brackets o los alineadores transparentes. Es más que probable que, una vez que la dentadura muestra una alineación perfecta, el odontólogo te recomiende utilizar retenedores dentales durante una temporada. Descubre qué son y cómo utilizar la fase de retención del modo adecuado para obtener resultados duraderos con tu ortodoncia.
El porqué del periodo de retención
El objetivo de una ortodoncia es alinear los dientes y que estos permanezcan en su nueva posición, no obstante, es necesario el uso de retenedores para que los resultados se afiancen a largo plazo porque:
- Puede darse una posición inestable de los dientes tras el tratamiento y los tejidos periodontales precisan del paso del tiempo para que la reorganización de las posiciones dentales derive en un alineado permanente.
- El crecimiento post-tratamiento de los dientes puede alterar los resultados de la ortodoncia.
Aparatos a medida que consolidan el éxito de tu tratamiento
El retenedor es una solución ortodóncica que se emplea para la corrección de pequeños fallos de alineación en la dentadura o para mantener los efectos de un tratamiento de ortodoncia durante más tiempo. Como indica su nombre, la función de estos sistemas es la de retener los dientes en la posición adecuada y lo pueden hacer de dos formas:
- Retenedores activos: si los problemas de alineación de los dientes no son muy graves, es posible corregirlos sin necesidad de emplear brackets. Hasta hace unos años lo más habitual era emplear retenedores activos. En la actualidad hay sistemas más efectivos como el tratamiento Invisalign, que en Tiiz ofrecemos al mejor precio de Madrid.
- Retenedores pasivos: la versión pasiva de los retenedores es aquella que se emplea tras la retirada de los aparatos de ortodoncia. Su función no es la de desplazar los dientes hacia la posición adecuada sino la de evitar que estos se muevan para evitar que pierdan su nueva posición. Están orientados a completar el tratamiento ortodóncico a largo plazo.
¿Es molesto el uso de retenedores dentales?
Durante los primeros días de uso de un retenedor dental, ya sea pasivo o activo, es normal experimentar algunas molestias. Estos aparatos ejercen una ligera tensión en la dentadura para evitar que los dientes se muevan o para enderezar aquellas piezas dentales que se hallen algo desplazadas de su correcta posición.
Las molestias pueden ir acompañadas de una leve inflamación de las encías y se harán más notables en el caso de los retenedores activos, cuando estos empiecen a conseguir que los dientes se muevan. No obstante, si experimentas un dolor considerable, lo más conveniente es que lo consultes con tu odontólogo porque es probable que haya que modificar el tamaño del retenedor para ajustarlo mejor a las características de tu dentadura.
Beneficios de los retenedores pasivos tras el uso de ortodoncias
Seguro que tras uno o dos años de tratamiento con brackets u ortodoncia invisible estás deseando comprobar cuáles son los resultados. Ahora que ya tienes la dentadura sana y atractiva con la que siempre habías soñado, ¿no crees que deberías conservarla así durante el mayor tiempo posible?
Con el tiempo, de forma natural los dientes tienden a desplazarse. Los meses posteriores a la retirada de los aparatos de ortodoncia son los más críticos porque la dentadura y las encías son algo más sensibles a los cambios. Es el momento adecuado para emplear retenedores y garantizar los efectos del tratamiento de ortodoncia durante mucho más tiempo.
- Tras la retirada del tratamiento suele producirse una tendencia a la recaída. En un alto porcentaje de los casos, la presión continuada sobre los tejidos blandos acaba provocando cierta inestabilidad en la dentadura. Gracias a los retenedores pasivos es posible una reeducación que devuelva la estabilidad a la boca.
- En los tratamientos de ortodoncia infantil, el crecimiento es un factor que suele jugar en contra. El desarrollo natural de la dentadura y los músculos maxilofaciales influyen en la estabilidad de los dientes y los retenedores ayudan a una reorganización periodontal y gingival adecuada hasta que el proceso se complete.
- Los tejidos de la boca también resultan afectados por el empleo de ortodoncias como consecuencia del movimiento de los dientes hacia su posición correcta. Se tarda un tiempo en conseguir que estos recuperen su firmeza original, tiempo en el que los retenedores resultan de gran ayuda para afianzar los resultados obtenidos.
Ten en cuenta que con este tipo de retenedores no se busca un efecto inmediato sino a largo plazo. La clave del éxito está en el momento de empezar a usarlos y en el tiempo durante el que se empleen. En este sentido, es importante hacer hincapié en que unos buenos hábitos de uso, siguiendo las recomendaciones de tu ortodoncista, harán que cuanto más tiempo pase, más se reduzca la tendencia al desplazamiento de los dientes.
Tipos de retenedores dentales en función de cada necesidad
Dependiendo de las características de la boca de cada paciente, el especialista determinará qué tipo de retenedor es el más apropiado. Los retenedores dentales se dividen en dos categorías:
Retenedores fijos
Van cementados en la parte posterior del diente y solo pueden retirarse en consulta con la intervención de un especialista. Son muy discretos porque ni se ven ni afectan a la dicción, están trabajando durante las 24 horas del día y se pueden utilizar durante extensos períodos de tiempo. Algunos pacientes pueden llegar a llevarlos durante el resto de su vida sin que suponga ningún problema.
Se clasifican en función del material en el que estén fabricados: metálicos, de fibra de vidrio, magnéticos y de níquel-titano. Suelen colocarse como finas láminas en la parte interior de los dientes (de canino a canino), tanto en la arcada inferior como superior. Resultan cómodos y estéticos, aunque se desaconseja el uso de retenedores fijos en pacientes con una higiene dental deficiente.
Cabe destacar que los retenedores fijos son los que más movimientos verticales posteriores permiten seguidos por los retenedores tipo Hawley y finalmente por los retenedores termoplásticos. Es habitual combinar el empleo de un retenedor removible en la arcada superior y uno de tipo fijo en la arcada inferior.
Retenedores removibles
Son aparatos de retención de quita y pon, que ejercen una función intermitente. En las primeras fases de su uso se deben emplear de manera permanente para ir reduciendo el tiempo de empleo de modo progresivo. Existen diferentes alternativas:
Retenedores Hawley
Se fabrican sacando un molde del paladar y de la arcada en la que van a ir colocados. La pieza final es removible, cubre parcialmente el paladar y puede afectar algo al habla, pero presenta la ventaja de que los soportes metálicos se pueden reajustar con gran facilidad. Es el tipo de retenedor removible más empleado y con los cuidados adecuados, resulta muy duradero. Cabe destacar también la capacidad de las placas Hawley de funcionar como retenedor activo, realizando ligeras modificaciones en el alambre y/o en el acrílico que permitan un leve rango de movimiento dentario.
Retenedores envolventes
También conocidos como retenedores termoplásticos, existen diferentes variantes de este tipo de retenedor. Destacan por su fácil fabricación, coste reducido, estética y aceptación de los pacientes. Al ser bastante flexibles, no se recomienda su uso en aquellos casos donde se hayan expandido las arcadas dentarias, puesto que no permiten un completo asentamiento de la oclusión. Por igual motivo, no son el tipo de retenedor más adecuado para los casos de sobremordida completa.
Una de las ventajas de los retenedores termoplásticos es que permiten la alineación de incisivos irregulares en el caso de haberse producido un ligero apiñamiento tras el tratamiento. En estos casos, el retenedor debe emplearse durante todo el día, con excepción de en las comidas, durante unos 5-7 días. Posteriormente, se colocará un nuevo retenedor.
Si comparamos este tipo de retenedores con las placas Hawley, los primeros resultan bastante más económicos, siendo igual de eficaces.
Retenedores Vivera Retainers de Invisalign
Están fabricados con la misma tecnología que los alineadores Invisalign. Esto implica el empleo de un material plástico patentado que resulta aproximadamente un 30 % más fuerte que los materiales empleados por otros fabricantes. Se realiza un estudio completamente personalizado a través de la tecnología Clincheck de Invisalign (escáner intraoral). Son muy útiles para detectar movimientos dentarios leves durante las revisiones.
Los retenedores Vivera son duraderos, cómodos, estéticos, versátiles y eficaces. Pueden llegar a corregir ciertos tipos de recidivas leves (de hasta 0,25 mm por pieza) producidas durante el transcurso de la retención.
Tienen una duración media de entre 4 y 6 meses cada uno, en función del uso. Como norma general, deben utilizarse durante todo el día (a excepción de en las comidas) los primeros 3 o 4 meses posteriores al tratamiento de ortodoncia. A partir de entonces, deberá valorarse cada caso de forma individual, aunque una recomendación habitual es la de su utilización de forma permanente solo durante la noche.
Posicionadores y férulas de descarga como retenedores
Tras la retirada del aparato ortodóncico correspondiente, puede resultar adecuado el empleo de un posicionador o una férula de descarga para conseguir los objetivos y favorecer el desarrollo de la competencia labial y el tono muscular facial.
Los posicionadores presentan una serie de desventajas, como el mantenimiento deficiente de las correcciones de rotación, tendencia al incremento de la sobremordida y, en general, poca aceptación a tiempo completo por parte del paciente. A pesar de esto, el posicionador, a diferencia del retenedor envolvente o removible estándar, mantiene las relaciones oclusales y las posiciones de los dientes dentro de los arcos.
La férula de descarga, al intercalarse entre ambas arcadas, tiene la capacidad para “desprogramar” la neuromusculatura, esto es, que se “olvide” su posición de acomodación habitual. Aparte de usarse habitualmente para diagnóstico y de forma terapéutica, la férula también puede ser empleada como método de retención. Diversos estudios han comprobado que el empleo de férulas de descarga en la retención reduce los síntomas de otalgia, el dolor facial y la migraña frente a otro tipo de retenedores. Es por ello que, en aquellos pacientes con dolor muscular y/o articular, está recomendado el uso de férulas como retenedor.
Tanto si empleas un tipo de retenedor fijo como si es un aparato removible, no olvides comentar con tu dentista cualquier anomalía que detectes. Estos aparatos pueden perder tensión con el paso del tiempo y es necesario reajustarlos para que no pierdan su potencial a la hora de retener o alinear los dientes.
Duración de la fase de retención
Tanto para los retenedores removibles como fijos, existe bastante controversia respecto a la duración óptima del proceso de retención, aunque en el caso de los retenedores removibles, un procedimiento bastante normalizado es el empleo de placas Hawley a tiempo completo durante 3 o 6 meses, seguido de año o año y medio a tiempo parcial (uso nocturno). Tras esto, se recomienda el uso ocasional del retenedor, a modo de “recordatorio”.
No obstante, desde Tiiz aconsejamos extender al máximo esta fase o utilizar un retenedor de forma permanente durante la noche, a fin de evitar movimientos dentarios indeseados que impliquen tener que comenzar de nuevo con el tratamiento de ortodoncia. Además, creemos que los retenedores no están lo suficientemente valorados y reivindicamos su uso habitual porque cada vez hay más personas bruxistas por estrés. Puedes no darte cuenta de que estás apretando los dientes durante la noche y un retenedor puede ayudarte a proteger y mantener saludable tu dentadura durante más tiempo.
Consejos para la limpieza de los retenedores dentales
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- Los retenedores removibles se deben lavar a diario con un cepillo, agua tibia y jabón neutro para evitar la concentración de gérmenes y bacterias en su superficie.
- Una vez a la semana es conveniente sumergirlos durante media hora en vinagre blanco con sal o en el propio colutorio que emplees para tus enjuagues.
- Cuando no estés utilizando tus retenedores, guárdalos en el lugar adecuado. Si consigues una cajita de acero inoxidable en la que puedas dejarlos sumergidos en agua destilada con bicarbonato de sodio evitarás la aparición de calcio en la superficie.
- Los retenedores fijos no pueden ser retirados para su limpieza por lo que su mantenimiento forma parte de la higiene diaria de tus dientes. Esmérate en dejarlos perfectos con tu cepillo.
- Si utilizas retenedores fijos deberás reducir el tiempo de espera entre tus limpiezas bucales a fondo. Acude a tu dentista cada 4 meses para someterte a una limpieza en profundidad y garantizar el buen estado del retenedor y la buena salud de tus dientes.
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