La recuperación de piezas dentales mediante intervenciones de implantología es cada vez más habitual en las clínicas de odontología. Es un procedimiento sencillo y efectivo que permite abordar de forma simultánea problemas de funcionalidad y de estética dental. Con todo, cualquier intervención quirúrgica entraña sus riesgos, y es importante conocer cuáles son las expectativas reales de la colocación de un implante y cómo va a desarrollarse el posoperatorio.
Problemas con implantes dentales: intervención, cicatrización y fases avanzadas
Las intervenciones de estética dental permiten la recuperación de dientes naturales que no se han perdido en su totalidad. Sin embargo, cuando ha sido necesaria la extracción definitiva de la pieza por el grave riesgo que supone para la salud bucodental, el procedimiento empleado es el del implante dental.
Un implante dental es un diente artificial que se compone de dos partes: una raíz en forma de tornillo que se inserta en el hueso y una corona que se coloca sobre esta y que imita a la perfección la forma y la coloración del diente natural.
La intervención de implantología es un procedimiento seguro, y las modernas técnicas y materiales que se emplean, ofrecen un porcentaje de éxito de casi el 100 %. Aun así, es una intervención quirúrgica que supone una modificación sustancial en la morfología de la boca y que, por tanto, no está exenta de ciertas complicaciones.
Aunque no sea lo más habitual, pueden surgir contratiempos en alguna de las tres fases del tratamiento con implantes dentales:
Problemas durante una intervención de implantología
Antes de la intervención, el cirujano habrá realizado todas las pruebas pertinentes para garantizar que el paciente es apto para este tipo de tratamiento. Sin embargo, y a pesar de haber tomado todas las precauciones, cabe la posibilidad de que en el momento de colocar el implante, el hueso maxilar no responda según lo esperado.
Esta es la superficie que determina si el implante puede o no quedar bien fijado. Si el especialista considera que no se dan las condiciones necesarias para una fijación óptima, es posible que descarte la colocación del implante. En estos casos se podrían plantear otros tratamientos alternativos como una prótesis entre los dientes adyacentes, conocida como puente.
Problemas durante la cicatrización del implante
La fase de cicatrización es la más importante del tratamiento. En ella se consolida la fijación del implante y se determina si hay o no problemas de rechazo de la pieza. Aunque se trata de materiales biocompatibles como el titanio o el zirconio, no todas las bocas responden igual a la colocación de estos tornillos.
Los problemas habituales durante la cicatrización de un implante son:
- Reacciones alérgicas: se dan en un porcentaje muy bajo de pacientes y obligan al reemplazo del implante por otro tipo de solución.
- Infecciones: tras una intervención quirúrgica en la boca se prescriben antibióticos con el objetivo de evitar infecciones. En el caso de que la zona se infecte, el especialista realizará un seguimiento exhaustivo para evitar su avance.
- Hemorragias: el sangrado posquirúrgico es normal, pero si la hemorragia se prolonga durante varios días, es imprescindible buscar asistencia médica lo antes posible. Si tienes dudas al respecto, lo mejor es consultar siempre con el especialista para determinar si se trata o no de un sangrado excesivo.
- Fijación: el implante puede no haber agarrado bien durante el proceso de inserción en el hueso. La fijación es fundamental para el éxito del tratamiento. Si el implante no se fija en su posición según lo esperado, es posible que haya sido rechazado, por lo que habría que buscar otras alternativas.
Problemas en las etapas avanzadas de la cicatrización
Los inconvenientes que se presentan mucho después de una intervención de implantología no suelen estar tan relacionados con la operación en sí sino con los malos hábitos del paciente. Aspectos como el consumo regular de tabaco o alcohol junto a una mala higiene de la boca incrementan el riesgo de que los implantes no cicatricen del modo correcto o de que estos no lleguen a integrarse bien en el hueso.
La principal consecuencia de estos malos hábitos es la periimplantitis, una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de los tejidos circundantes al implante como resultado de una acumulación de placa bacteriana. De no tratarse a tiempo, esta patología provocará la pérdida de hueso y con ello el implante se quedará sin el soporte adecuado para su correcta fijación.
Otro problema posterior a la cicatrización del implante es el de la rotura de la prótesis una vez instalada sobre el tornillo. No es muy frecuente que esto suceda, ya que en la fabricación de estas coronas artificiales se emplean materiales de gran resistencia. No obstante, la rotura de una prótesis o una simple fisura en la superficie debe ser puesta en conocimiento del especialista cuanto antes, ya que su avance puede afectar al tornillo y complicar la puesta en marcha de una solución.
Síntomas comunes que no están asociados a un problema con el implante
Cualquier intervención en la boca, incluso aquellas que no requieren de técnicas quirúrgicas, puede hace que el paciente experimente algunas sensaciones que no son las habituales. Esto no quiere decir que se haya producido ningún problema con el tratamiento. Por lo general son síntomas comunes que no revierten gravedad y que acaban desapareciendo en un breve espacio de tiempo.
Es importante identificar cuáles son los síntomas normales tras una intervención de implantología. Si el paciente está bien informado no experimentará el estrés que pueden provocar algunas de estas molestias tan corrientes tras la colocación de los implantes dentales:
- Sangrado leve de la zona intervenida (solo en pacientes con diabetes o problemas de coagulación habrá que prestar mayor atención a las pequeñas hemorragias)
- Inflamación de la encía e hipersensibilidad
- Molestias de intensidad leve/moderada
- Ligera incomodidad en el proceso de adaptación
La cirugía de implantología es una intervención segura. Con todo, la boca necesita un periodo de recuperación y adaptación a las nuevas circunstancias en el que es normal que experimente ciertas molestias. El uso de antinflamatorios y analgésicos prescritos por el especialista mitigarán estas incomodidades y ayudarán a que el proceso de recuperación curse según lo previsto.
¿Cómo afrontar el posoperatorio de un implante dental?
Para evitar problemas tras una intervención de implantología dental, es importante realizar revisiones periódicas en consulta. Inmediatamente después de la intervención se deberán poner en práctica algunos cuidados específicos:
- No fumar ni ingerir alcohol.
- Aplicar una gasa seca sobre la zona de la intervención y presionar durante 20 minutos para cortar la hemorragia. (Repetir hasta que deje de salir sangre).
- Dormir esa noche con la cabeza ligeramente elevada para evitar el sangrado y evitar grandes esfuerzos físicos durante al menos una semana.
- Aplicar compresas frías desde el exterior de la boca para reducir la inflamación.
- No ingerir alimentos en las 4-6 horas posteriores a la intervención y llevar una dieta blanda o líquida durante los primeros días, con alimentos a temperatura ambiente.
- Evitar tocar el implante con la lengua o con los dedos, incluso después de la retirada de los puntos, para no interferir en el proceso de osteointegración.
Más adelante, el paciente deberá evitar algunos comportamientos comunes que pueden suponer un riesgo para la cicatrización y el agarre de la pieza.
- Masticar alimentos excesivamente duros.
- Usar los dientes para manipular objetos o abrir botellas.
- Sostener objetos rígidos con la dentadura.
- Utilizar palillos dentales para extraer la comida acumulada.
Una boca con implantes no tiene por qué ser más sensible o delicada que una boca con todos los dientes naturales. Las necesidades de higiene de estas piezas son las mismas, y la limpieza adecuada y de forma regular es la única manera de garantizar los buenos resultados de este tratamiento.