El mal aliento o halitosis es un problema bastante común. Aunque existen muchas causas que podrían estar detrás de esta condición y en la mayoría de los casos ninguna de ellas revierte gravedad, es conveniente que prestes atención a estos síntomas. En casos puntuales podrían ser la advertencia de que existe un trastorno de fondo que podría traer algunas complicaciones si no le das el tratamiento adecuado.
¿Qué se esconde detrás del mal aliento?
La halitosis es un olor desagradable que se percibe al hablar, respirar o abrir la boca. No tiene nada de extraordinario. Según la Fundación Dental Española afecta a una de cada dos personas en algún momento de su vida, y en más de la mitad de los casos tiene un origen bucal.
Solo un pequeño porcentaje de quienes presentan mal aliento lo padecen asociado a otro tipo de complicaciones de carácter respiratorio o digestivo.
La acumulación de bacterias o restos de comida en la cavidad bucal son la principal causa de la halitosis. El problema de la proliferación de bacterias en torno a las encías y la lengua es que, de no tratarse a tiempo, puede conducir a algo más grave que a un aliento desagradable.
Por este motivo es muy importante consultar a un profesional en el caso de que esta condición se prolongue en el tiempo. Solo un médico especializado podrá determinar dónde se encuentra el origen del problema:
- La boca: los restos de comida que se acumulan entre los dientes junto a la presencia de sangre hacen que se formen colonias de bacterias. Algunas de ellas pueden provocar necrosis o putrefacción y, en consecuencia, mal aliento. La inflamación de las mucosas, las infecciones, la xerostomía o la hipersalizavión, las deficiencias vitamínicas y la saburra lingual a menudo complican más este cuadro.
- El aparato respiratorio: la rinosinusitis, la rinorrea, la adenoiditis y otras enfermedades causantes de anomalías en la cavidad nasal pueden presentar entre sus síntomas el mal aliento del paciente.
- El aparato digestivo: algunos alimentos contienen aceites muy fuertes (el ajo, el huevo, el queso, la cebolla…) que pasan al torrente sanguíneo durante la digestión y de ahí a los pulmones, provocando malos olores al respirar que persisten hasta que esos aceites se han eliminado por completo del organismo. La halitosis también puede ser consecuencia de problemas de reflujo gastroesofágico, vómitos frecuentes o presencia de úlceras.
Consecuencias de la halitosis: mucho más que un olor poco agradable
La halitosis, ya sea provocada por una condición médica como por la falta de una higiene bucal adecuada, es sobre todo una enfermedad social. Aparte de los problemas que puedan provocar dentro de los límites de la cavidad bucal, sus afectaciones se extienden más allá de esta.
Ni siquiera todo el mundo es consciente de que presenta mal aliento, pero el que lo sabe y no consigue ponerle remedio con el cepillado o el enjuague de los dientes vive en un estado constante de inseguridad y de preocupación. Si alguna vez le has preguntado a una persona de confianza eso de “¿me huele el aliento?”, sabrás a qué nos estamos refiriendo.
Existen más de 80 causas documentadas sobre el origen del mal aliento, por lo que ponerle solución no siempre resulta una tarea sencilla. Esto lleva a la desesperación de muchos pacientes que se sienten impotentes a la hora de erradicar ese olor poco agradable en la boca a pesar de mantener una buena higiene. Vergüenza, angustia e inquietud son algunas de las reacciones más habituales.
Si no has encontrado el modo de recuperar un aliento neutro, lo mejor es que contactes con tu dentista.
¿Cómo se diagnostica este problema?
Desde la perspectiva odontológica existen diversas maneras de diagnosticar el mal aliento que tiene origen en la cavidad bucal. La primera y la más básica de todas es una revisión completa de la boca que ayude a determinar si además de restos de comida en los espacios interdentales existe alguna caries o incluso enfermedad periodontal.
Cuando el dentista percibe el mal olor de la boca puede clasificarlo conforme a una escala de intensidad. Esto le resultará muy útil a la hora de establecer las causas específicas de tu problema. Para ello, aparte del examen rutinario podría requerir la realización de un raspado en la parte trasera de la lengua o incluso el empleo de detectores que permitan identificar la presencia de determinadas sustancias químicas en el interior de la boca.
Consejos para evitar el olor desagradable de origen bucal
Si después de pasar por el dentista has averiguado cuál es el origen de tu halitosis, lo más probable es que, por recomendación médica, vayas a iniciar un tratamiento en el que se tengan muy en cuenta las siguientes rutinas:
- Cepillado e hilo dental. Constituyen la primera línea de defensa a la hora de evitar el mal aliento y de mantener unas pautas de higiene adecuadas tengas o no halitosis.
- Empleo de enjuagues bucales. No son la panacea, pero es cierto que refrescan la boca al instante. Lo interesante sería emplear un enjuague antiséptico que ayude a ir reduciendo poco a poco la presencia de bacterias en la boca.
- Controlar el flujo de saliva. Tanto el exceso de salivación como la sequedad de la boca o xerostomía pueden provocar mal aliento o intensificar su olor desagradable. Los chicles de xilitol sin azúcar ayudan a controlar la producción de saliva y, aunque solo sea de manera provisional, refrescan el aliento. El alcohol y el café resecan la boca. Es mejor si los evitas.
- Dejar de fumar. Junto al resto de consecuencias negativas que presenta el consumo de tabaco está la del mal aliento. Dejar de fumar mejora las condiciones de higiene de la boca, ayuda a respirar mejor y reduce el impacto de la halitosis.
- Introduce cambios en tu dieta. Si padeces halitosis, procura no comer alimentos como el ajo o la cebolla, causantes de olores demasiado fuertes y desagradables en la boca. Los alimentos muy azucarados también están relacionados con un aumento del mal aliento.
- Visita al dentista de manera periódica. La mejor manera de evitar el problema es la prevención. Una visita al dentista para comprobar que todo está en orden en el interior de tu boca resultará de gran ayuda a la hora de evitar el mal aliento o combatirlo de la manera más adecuada.
¿Te has percatado de que tu aliento no es tan fresco como de costumbre o alguna persona de confianza te ha hecho un comentario al respecto?
La halitosis es una condición que afecta a la mitad de la población adulta, en ocasiones sin que ni siquiera la persona que la padece sea consciente de ello. El hecho de cepillar los dientes de manera regular no exime de que puedan aparecer olores desagradables en la boca. Si no quieres obsesionarte con el problema ni perder la paciencia en busca de la solución más efectiva, habla con tu dentista. Él puede ayudarte con un abordaje profesional que tenga el éxito asegurado.