Una dentadura perfecta debe cumplir varios requisitos. No todos están relacionados con la coloración de los dientes, la salud del esmalte o la ausencia de caries y sarro. Muchas de las condiciones necesarias para tener una boca perfecta dependen de la posición de los dientes y de la oclusión de las mandíbulas. Problemas como la protrusión dental bimaxilar pueden condicionar tanto la masticación como el perfil facial, por lo que deberían ser tratados.
¿Qué es la protrusión dental bimaxilar?
Para realizar una valoración adecuada del perfil facial hay que tener en cuenta cuál es la posición de las mandíbulas. Se entiende que ocupan el lugar adecuado cuando la mandíbula superior cae sobre la inferior de manera alineada. Dicha alineación se produce siempre que los dientes de la arcada de arriba superan ligeramente la línea de la arcada de abajo. Esta alineación permite que, al cerrar la boca, los dientes superiores presionen sobre los dientes iguales en la parte inferior. Un mecanismo perfecto.
Pero, ¿qué sucede cuando no se produce este alineamiento? La maloclusión de los dientes puede responder a diferentes patologías. Una de las más tratadas en las clínicas dentales es la biprotrusión dental o dientes salidos. Se caracteriza por la descompensación entre la posición y el tamaño de los dientes de arriba con respecto a los de abajo. Dependiendo de la severidad de esta descompensación, la boca tendrá un aspecto más o menos prominente que puede asemejarse a la dentadura de un conejo en los casos menos graves.
Causas de la protrusión dental bimaxilar
Las características morfológicas de los problemas de protrusión no son iguales en todos los pacientes. Aunque existen unos rasgos comunes en este tipo de patología, la maloclusión no siempre responde ni a las mismas causas ni se manifiesta con la misma severidad.
Si nos remitimos a la etiología de la biprotrusión bimaxilar nos encontraremos que tanto los aspectos genéticos como los ambientales influyen en la manera en la que se presenta el problema. Aunque existe una mayor prevalencia de esta patología entre pacientes afroamericanos y asiáticos, este tipo de morfología maxilar también se da en la población caucásica, por lo que el componente étnico-genético no es el aspecto más relevante.
Entre los principales factores que provocan el problema de los dientes salidos podemos destacar:
- Una base craneal posterior más corta de lo normal
- Un volumen anómalo de la lengua
- Hábitos linguales y labiales poco recomendables
- Uso excesivo de chupetes y biberones durante la infancia
- Exceso de respiración bucal asociada a otras patologías
¿De qué modo afecta?
A simple vista muchos podrían interpretarlo como un mero problema de estética, pero los dientes salidos están asociados a otras patologías más importantes desde el punto de vista de la salud bucodental.
La mordida ideal, aquella en la que los dientes de la arcada superior encajan a la perfección con los de la arcada inferior se identifica como ‘clase I’. La mordida de ‘clase II’ es aquella en la que los dientes superiores sobrepasan de forma notable los inferiores, mientras que en la mordida de ‘clase III’ sucede todo lo contrario y son los dientes de abajo los que sobresalen.
La biprotrusión dentaria es un tipo de mordida que tiene rasgos tanto de ‘clase II’ como de ‘clase III’, ya que los dientes de ambas arcadas están más adelantados del punto en el que se produce la mordida óptima, con la particularidad de que esta proinclinación es más visible en la parte superior.
Cualquier posición anómala de la dentadura tiene sus consecuencias. Para empezar, provoca la pérdida de armonía facial. El rostro adopta rasgos más sobresalientes en la parte de la mandíbula debido a su empuje hacia delante (protrusión) y hace que los labios también se desplacen. La consecuencia estética es que la boca en su conjunto se muestra más sobresaliente y abultada.
Pero los problemas de la protrusión dentaria no acaban aquí. Una mala mordida, bien sea de ‘clase I’ o de clase II’, también presenta consecuencias en la salud bucodental:
- Desgaste e incluso rotura de los dientes como consecuencia del contacto inadecuado entre ellos.
- Sobrecarga y estrés de los dientes ya que la mala alineación no permite que estos ‘descansen’ de forma adecuada al entrar en contacto unos con otros.
- Caída de los empastes debido a una fricción inadecuada entre las piezas dentales.
- Fractura de coronas también por efecto del exceso de fricción y la mala posición.
- Estrés en la mandíbula y dolores articulares que acaban apareciendo más allá del proceso de masticación.
- Cefaleas y dolores cervicales favorecidos por ese exceso de tensión.
- Caries y enfermedades periodontales al no quedar garantizada una higiene óptima de todos los rincones de la dentadura durante el cepillado.
¿Cómo puede corregirse?
El origen multifactorial de la biprotrusión dentaria es fundamental a la hora de decidir qué tratamiento resulta más adecuado para el paciente. El manejo ortodóncico de la protrusión dental bimaxilar se presenta como la solución más efectiva. No obstante, estas soluciones para abordar el problema de la maloclusión se pueden presentar de varias maneras.
- Ortodoncias tradicionales: los característicos brackets de color metálico fabricados en acero inoxidable.
- Ortodoncias de cerámica o de zafiro: con características similares a las ortodoncias tradicionales, solo que fabricadas en materiales de color transparente o muy parecidos al color del diente y, por ello, más discretas.
- Ortodoncias linguales: no se aprecian desde el exterior porque actúan desde la cara interna de los dientes, pero su capacidad de corrección está más limitada a cierto tipo de patologías menos graves.
- Ortodoncias invisibles Invisalign: es la tecnología más avanzada del momento. Una ortodoncia totalmente adaptada a las particularidades de la dentadura del paciente a través del diseño de alineadores personalizados. Discreta, funcional y efectiva.
Otros aspectos a tener en cuenta durante el tratamiento
Puesto que son muchos los factores que intervienen en la proinclinación de la dentadura, lo habitual es que con anterioridad al empleo de ortodoncias sea necesario otro tipo de intervenciones. Las extracciones de piezas dentales sanas suelen formar parte del tratamiento de la protrusión bimaxilar.
Un estudio exhaustivo de la morfología de la boca permitirá al especialista determinar qué dientes hay que extraer para alcanzar los objetivos funcionales y estéticos de cualquiera de los tratamientos ortodóncicos anteriores. El apiñamiento maxilar y mandibular es otro de los rasgos característicos de esta patología, por lo que antes de tomar cualquier decisión sobre la extracción de una pieza dental sana es imprescindible realizar un buen diagnóstico y una correcta planificación del futuro tratamiento.