Los dientes no siempre erupcionan con normalidad. Esto no solo afecta a la armonía de la sonrisa sino que puede comprometer el desarrollo normal del resto de la dentadura. La fenestración dental es una sencilla cirugía que permite eliminar los obstáculos que impiden una erupción adecuada para que todas las piezas ocupen su lugar correspondiente en la boca.
Algo más que una cuestión de números
Las bocas adultas se componen de 32 dientes, 8 más que las dentaduras de leche. No obstante, en ese número hay que incluir dos muelas del juicio por arcada, que no siempre llegan a erupcionar y que, en caso de hacerlo, aparecen de forma tardía, entre los 17 y los 25 años.
Esta circunstancia, aunque menos frecuente, también se da con los caninos superiores. En condiciones normales, los colmillos de leche deberían caerse a los 9-11 años y erupcionar como parte de la dentadura definitiva en torno a los 13 años. Pero no siempre sucede así. En algunos niños, los colmillos se quedan ‘atrapados’ en la parte delantera del paladar y solo se intuye su presencia.
Una ortopantomografía a partir de los 8 años puede determinar la posición de las piezas dentales y si existe o no algún obstáculo en la aparición de los dientes para actuar en consecuencia. En el caso de los caninos impactados en el paladar, un abordaje temprano del problema ayudará a que la dentadura termine formándose sin mayores complicaciones.
Problemas derivados de una erupción anómala de los dientes
Los dientes impactados son una patología frecuente y fácil de corregir. Hay dientes que nunca llegan a erupcionar, como los colmillos incluidos en el paladar, y otros que lo hacen de forma tardía, sin espacio suficiente o torcidos, como sucede con frecuencia con los terceros molares o muelas del juicio.
La posición y el estado de estos dientes incluidos pueden influir de manera negativa en el estado general de la boca. No hay que olvidar que la dentadura es una construcción armoniosa en la que el tamaño y el lugar que ocupan las piezas dentales debe facilitar la mordida en condiciones óptimas. Si no se cumple esta condición, surgen los problemas:
- Apiñamiento de los dientes
- Mayor acumulación de placa y, en consecuencia, de caries
- Mayor riesgo de padecer gingivitis y enfermedad periodontal
- Malposición de los dientes vecinos
- Infecciones recurrentes del saco pericoronario
- Pérdida de la armonía oclusal
- Dificultades en el habla
- Reabsorción de las raíces de los incisivos adyacentes
- Aparición de quistes dentígeros o tumores
Anomalías en la erupción de los colmillos
Los colmillos son, por lo general, las últimas piezas dentales en erupcionar. Esto hace que jueguen en cierta desventaja con respecto al resto de los dientes y que, en ocasiones, se presenten algunas dificultades para encontrar su lugar en la boca. Sin embargo, el hecho de que los colmillos aparezcan más tarde no tiene por qué condicionar su colocación. Cuando no se presenta ningún obstáculo en su camino, estos acaban posicionándose sin dificultad.
Pero siempre hay excepciones, y la impactación de los caninos es una de ellas. Esta anomalía se caracteriza porque los colmillos de la arcada superior se quedan retenidos en la zona palatina, ocultos bajo sus tejidos.
Las causas habituales de que los caninos se queden incluidos en el paladar tienen un origen genético, nutricional, infeccioso o traumático. Hay estudios que indican que el 85 % de estos colmillos sí disponían del hueco necesario en el arco para erupcionar con normalidad, por lo que la causa de esta patología no siempre está vinculada a la falta de espacio.
Lo importante es que, sea cual sea el origen de esta anomalía, es un problema que tiene solución. Un buen diagnóstico de los caninos retenidos y una pronta actuación al final siempre tienen su recompensa: una sonrisa perfecta.
¿Cómo se corrigen los caninos incluidos?
Aunque se trata de la misma patología, los caninos y los terceros molares impactados presentan escenarios diferentes. En el caso de las muelas del juicio, la solución más sencilla es la extracción de la pieza dental, sobre todo cuando está mal posicionada o cuando la retención en la mandíbula tiene riesgos de provocar un quiste o de afectar a las raíces de otros dientes. En el caso de los caninos impactados, se plantean otras formas más funcionales de abordar el problema.
Los colmillos son dientes muy fuertes que, aparte de desgarrar los alimentos, tienen la función de dirigir los movimientos de la boca durante la oclusión. Su presencia es muy importante, por lo que la extracción total de esta pieza solo debe considerarse una vez que se han agotado el resto de opciones.
Cuando el problema que plantea el paciente es la inclusión de los caninos en la zona palatina, lo más recomendable es recurrir a la fenestración dental combinada con el posterior tratamiento ortodóncico. La intervención no dura más de 25 minutos y se realiza con anestesia local para liberar una parte del tejido palatino y que el diente no encuentre obstáculos en su erupción natural.
Unos días después de la fenestración del colmillo se procede a la retirada de puntos. El inicio del tratamiento con aparatología no debe demorarse, ya que este es el momento óptimo para comenzar a desplazar el diente hacia la posición adecuada.
No todos los caninos incluidos pueden ser reubicados. El cirujano oral y el ortodoncista trabajan de manera conjunta para determinar qué pacientes son aptos para este tipo de tratamientos. En caso de no conseguirse el resultado deseado, la mejor alternativa es la extracción del diente para evitar eventuales complicaciones.
Ventajas de la fenestración dental
Aunque la fenestración de la pieza dental está condicionada por las particularidades de la boca de cada paciente, en el caso de los colmillos impactados resulta la solución más ventajosa. Hay tres motivos que justifican la necesidad y eficiencia de este tipo de intervenciones:
- Recuperación de un diente natural que desempeña un papel fundamental en la dentadura. Los colmillos son los dientes más largos y afilados y se encargan de desgarrar los alimentos para facilitar su masticación.
- Favorecer la erupción del diente evita tener que realizar una eventual extracción. Con esta última se pierde la pieza dental, por lo que es probable que tenga que ser sustituida por una prótesis fija o sobre implantes.
- La erupción del diente previene la lisis ósea de los dientes vecinos, es decir, su pérdida de hueso y las transposiciones dentarias que acabarán provocando problemas de maloclusión y desgaste del esmalte.
Consejos para la recuperación tras una fenestración de los caninos
A pesar de la zona delicada en la que se realiza la intervención, la fenestración dental es un proceso indoloro y con un posoperatorio sencillo. Tras la retirada de hueso y mucosa en el área palatina, es normal sentir molestias. La hinchazón y el malestar se tratan con analgésicos y antiinflamatorios combinados con otros fármacos para evitar el riesgo de infección.
Durante los primeros días se ha de llevar una dieta blanda y extremar la higiene en el área afectada. Con la retirada de los puntos dará comienzo el proceso de tracción para desplazar el diente hasta su posición. Así como la recuperación tras la fenestración es rápida, la recolocación de un colmillo incluido lleva su tiempo y no todos los dientes se mueven a la misma velocidad.
El mejor consejo después de un procedimiento de este tipo es tener paciencia. Tanto en lo estético como en lo funcional: la recuperación de los colmillos naturales siempre resulta beneficiosa para tu salud bucodental.
En q plazo de meese tarda en bajar con fenestracion un colmillo de un adolescente de 13 años?
Hola, María:
Gracias por tu comentario. Cada caso es distinto y tendríamos que visitar al paciente para poder orientarte. ¡Pasa un gran día!