La pérdida prematura de un diente de leche podría provocar problemas en la dentadura definitiva. Para evitar apiñamientos o desviaciones de los dientes en el futuro, lo habitual es emplear un mantenedor de espacio dental.
¿Qué sucede cuando se cae un diente de leche?
La pérdida de los dientes temporales es un proceso natural. Con la desaparición de la dentición primaria las bocas de los niños pasan a convertirse en bocas adultas, con las piezas dentales definitivas.
Sin embargo, puede ocurrir que la caída del diente de leche se produzca antes de lo esperado. Si el conjunto de la boca no estaba preparado aún para esta pérdida, el resto de piezas dentales podrían reaccionar de una manera inapropiada.
Lo habitual cuando hay un hueco en la dentadura es que el resto de dientes se desplacen para tratar de ocuparlo. Si los dientes temporales empiezan a torcerse, ¡imagínate lo que puede ocurrir cuando erupcionen los dientes permanentes!
Frente a esta pérdida prematura de un diente de leche, los dentistas preferimos actuar con rapidez para adelantarnos a posibles problemas. La mejor solución en estos casos es emplear un mantenedor de espacio dental.
¿Por qué hay dientes de leche que se pierden de forma prematura?
En odontología pediátrica la pérdida de piezas dentales no es algo fuera de lo común. En primer lugar porque los niños tienen que cambiar todas las piezas de su dentadura infantil por los dientes de adulto. Esto, de forma natural, ya implica una caída de los dientes.
En segundo lugar, porque los dientes de los niños son más vulnerables frente a caídas y frente a la aparición de caries. Estas últimas tienen un doble origen: la higiene dental deficiente y el consumo excesivo de azúcares.
Teniendo en cuenta estos aspectos, llegamos a la conclusión de que hay dos principales motivos por los que un diente de leche se puede perder de forma prematura:
- Que se caiga solo y a destiempo como consecuencia de un traumatismo. Los golpes y caídas pueden provocar desde un simple rasguño en el esmalte hasta una fisura o la pérdida total o parcial de la pieza dental. No te quedes con la duda de cuál ha sido el alcance de la lesión. Ante cualquier traumatismo en una boca infantil, lo más recomendable es pasar cuanto antes por la consulta del dentista para hacer una valoración de los daños.
- En otros casos, la pérdida del diente se debe a una extracción del mismo. La presencia de caries dentales profundas suele ser la causa más común. En ausencia de otro tipo de alternativas que permitan salvar el diente de leche hasta su caída natural, lo más sensato es extraerlo para evitar que dañe otras estructuras de la encía y que esto acabe desencadenando un problema en el futuro.
Otras causas menos frecuentes de la ausencia de dientes de leche en niños pueden ser la agenesia o la anquilosis. La primera se refiere a una ausencia congénita de dientes. Aunque es una alteración más común en dentaduras permanentes, puede manifestarse también durante la infancia. El diagnóstico precoz permitirá determinar si es necesario o no reservar ese espacio para el futuro, en función de cómo pueda afectar al desarrollo de la dentadura adulta.
La anquilosis es una situación todavía menos común en niños, pero no se puede descartar. Consiste en la fusión anatómica entre el diente y el hueso. La pieza dental deja de crecer verticalmente debido a esa fuerza y el efecto es similar al de perder un diente: al perder contacto con las piezas adyacentes, estas empiezan a desplazarse.
¿Qué es un mantenedor del espacio dental?
El hueco que deja un diente de leche tras su pérdida prematura debe mantenerse intacto. La conservación de ese espacio es esencial para que pueda erupcionar el diente definitivo cuando le llegue el momento.
Desde el momento en el que el diente desaparece sin que su sustituto esté listo para salir, el resto de dientes empezará a desplazarse para ocupar su espacio. El mantenedor del espacio dental actúa como barrera para impedir esa invasión.
Funciones de los mantenedores de espacio dental
- Impedir el desplazamiento de los dientes adyacentes.
- Conservar el hueco y garantizar el espacio para la erupción del siguiente diente.
- Evitar dificultades en la masticación y el habla hasta la aparición del diente definitivo.
- Prevenir el uso de ortodoncias en el futuro.
¿De qué depende el uso de un mantenedor de espacio dental?
Tanto con los dientes adultos como con los dientes temporales, el dentista tratará de salvar la pieza natural. No siempre es la solución más sencilla, pero es la que mejores resultados ofrece. Nada como conservar los dientes propios, aunque estén destinados a caerse y ser reemplazados por unos nuevos.
Frente a la pérdida de un diente de leche, el especialista deberá hacer una valoración del estado de la boca del paciente. ¿Cómo determinar si es necesario conservar el hueco que ha dejado el espacio perdido? Estas son algunas de las consideraciones más importantes:
- Alcance del compromiso funcional (habla, masticación y deglución)
- Edad de la pérdida y momento de la dentición decidua
- Grado de desarrollo del diente permanente que tendrá que ocupar ese lugar
- Presencia/ausencia del primer molar permanente
- Existencia de apiñamiento o de otros espacios interdentales significativos
- Aspectos estéticos
Tipos de mantenedores de espacio más empleados
Aunque el objetivo final siempre es el de conservar el hueco que ha dejado el diente de leche, este se puede alcanzar de diferentes maneras. Los tipos de mantenedores de espacio dental se clasifican en dos grupos, dependiendo de si el paciente puede extraerlos o no lo del boca sin necesidad de que intervenga el especialista.
Mantenedores de espacio dental removibles
Para el paciente resultan más cómodos porque son de quita y pon. Sin embargo, hay que extremar las precauciones durante su manipulación porque son más frágiles. Están fabricados en resina y metal y son maleables. Otra de las grandes ventajas es que permiten ir guiando el desarrollo de los dientes tanto en la arcada inferior como en la superior.
El mantenedor removible más utilizado son las placas Hawley. Llevan una especie de paladar acrílico que se ubica en la cara interior de los dientes y unos ganchos de metal que facilitan su anclaje en las piezas adyacentes al hueco tratado.
Mantenedores de espacio dental fijos
Son un tipo de mantenedor de espacio más resistente. Se fabrican en metal y se pueden emplear para garantizar el espacio en la boca cuando se ha perdido uno o más dientes de leche.
Los mantenedores de espacio dental fijos se dividen en dos grupos en función del sistema de anclaje y separación empleado.
- Banda Ansa o corona: es un anillo que se coloca como una funda en el diente pegado al espacio que ha generado el diente perdido. Otro alambre proyectado hacia el exterior se encarga de hacer tope para conservar el hueco entre este y el diente anterior al ausente.
- Barras transpalatinas o arcos linguales: la principal diferencia entre estas y las bandas Ansa es que en este caso se conectan los dos lados de una misma arcada, bien mediante una barra transversal, bien siguiendo todo el arco de la dentadura. Este es el sistema más empleado cuando se producen pérdidas dentales bilaterales que afectan a dos segmentos diferentes de la misma arcada.
Los mantenedores de espacio no solo se emplean cuando se produce la pérdida de un diente a destiempo. El dentista también puede prescribirlos si considera que es necesario abrir un poco de espacio entre los dientes de leche para garantizar la correcta posición de los dientes permanentes.
En casos de falta de espacio muy graves, lo más recomendable es recurrir a la ortodoncia interceptiva. Por eso es tan importante que los niños también se sometan a revisiones periódicas en la consulta del dentista. El diagnóstico precoz es la mejor manera de solucionar problemas dentales presentes y futuros a cualquier edad.
